Nosotras no pudimos asistir a la visita del museo la pasada
semana, pero por ello no hemos querido dejar pasar la oportunidad de conocer la
cultura que aguarda este museo.
La sociedad tradicional valenciana nos ha dejado una rica
cultura que permite conocer como se ha vivido en nuestras tierras: fotografías,
testimonios, objetos que formaron parte de nuestra forma de vivir y entender el
mundo…
Recuperar estos materiales es una de las razones por las que
se creó este museo.
El museo tiene una exposición permanente, organizada en
cinco ámbitos que definen la relación entre las personas y el medio sobre el
cual actúan: la ciudad, la huerta, el marjal, el secano y la montaña.
El museo también aspira a ser un espacio de dialogo y
difusión de culturas de diferentes lugares del mundo. Con su programación
temporal, nos acerca y enseña aspectos de la diversidad cultural global. Con ayuda de
programas como el de Etnomusica, Etnococina, Etnocine y talleres
didácticos, nos ayudan a entender ese recorrido apasionado que nos lleva desde
las culturas tradicionales a la interculturalidad actual. Los objetos y
contenidos se muestran en relación a los utensilios utilizados en ellos; habitar
(espacio domestico), convivir (espacios de encuentro) y trabajo (los lugares
donde se desarrolla el trabajo).
Este, también lleva a cabo programas de investigaciones
sobre el patrimonio etnológico, la publicación de una revista, y dos
colecciones temáticas de libros. Ofrece un servicio de biblioteca especializada
y colabora con muchos ayuntamientos en la recuperación y difusión del
patrimonio local.

Por lo que se comentó en clase a los pocos días de ir a
visita guiada, es que careció de cuestiones hacia los visitantes, no se lanzaron
preguntas abiertas que despertaran el interés de estos; simplemente la guía se
dedicó a explicarlo todo dando demasiada información, llegando incluso a la
saturación.
Lo que más gustó a los compañeros fueron los juegos que les
hicieron, ya que era una manera de dinamizar la visita.
Dejando de lado la visita a la que no pudimos asistir,
reflexionaremos brevemente sobre la rica cultura de la sociedad tradicional valenciana.
Entre tanta “riqueza cultural” que tenemos como valencianos, la huerta es
realmente una gran obra artística y patrimonial viva y colectiva, es un espacio
de vital importancia para la construcción identitaria de los valencianos.
Las fotografías también forma parte de esta cultura, se
exponen en muchos museos detrás de vitrinas como si de un simple papel se
tratase, pero estas nos hablan con un
lenguaje propio, ya sean por su color o ausencia de este, ya que las fotos en
blanco y negro nos muestran un pasado histórico, lejano, otras generaciones,
otra forma de vivir, de entender el mundo…
Son fotos que formaron parte de vidas privadas de muchas
familias por aquel entonces y que ahora son percibidas como una memoria histórica
considerándose patrimonio cultural.

Esta foto cedida por una de nuestras familias muestra un grupo de vecinos cenando en una calle del pueblo de Almàssera, una tradición que cada vez más se esta perdiendo, pero que refleja un modo de vida del pasado.
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